¿Tu perro se pone tímido? Casi todo el mundo se ha sentido avergonzado en algún momento. Es fácil suponer que nuestros perros también lo hacen. Pero la pregunta es en realidad todavía un tema de debate. Aunquealgunos investigadores están seguros de que los perros se sienten avergonzados, otros piensan que es principalmente una proyección humana.
Para entender por qué todavía hay un debate, debemos profundizar un poco más en las emociones de los perros.
Emociones simples vs complejas
Cuando se trata de emociones, la investigación ha recorrido un largo camino. Hoy en día, casi todos los que han investigado el comportamiento de los perros están de acuerdo en que sienten algunas emociones simples, que incluyen felicidad, tristeza, ira y miedo. Estas emociones parecen ser universales. Pero hay mucho más debate sobre emociones más complejas, incluida la vergüenza.
A diferencia de muchas emociones, la vergüenza no es solo una reacción emocional directa a una situación. Requiere muchas otras cosas para entrar en su lugar. La vergüenza está muy relacionada con la conciencia social y el sentido de uno mismo. Cuando te sientes avergonzado, estás fuera de lugar porque acabas de romper una regla social. Y los investigadores están bastante divididos sobre si los perros tienen una comprensión de las normas sociales lo suficientemente similar a la de los humanos como para poder sentirse avergonzados. Hasta el momento, nadie ha podido demostrarlo de una forma u otra.
El problema de estudiar la vergüenza
Parte del problema con el estudio de las emociones en los animales es que no tenemos una gran manera de estudiar estas emociones directamente. La mayoría de los estudios sobre las emociones de los perros se basan en la interpretación del comportamiento, y cuanto más compleja es una emoción, más difícil es aislarla. Los humanos tienen un sesgo hacia el antropomorfismo, es decir, interpretar a los animales y las cosas como más humanos de lo que son. Y la mayoría de los comportamientos vergonzosos pueden tener más de una interpretación.
Veamos dos situaciones comunes que a menudo se interpretan como vergüenza. Primero, estás llegando a casa y tu perro corre a saludarte, solo para resbalar y caer en el camino. No está herido, pero sale corriendo para enfurruñarse y esconderse. En segundo lugar, imagina que acabas de regañar a tu perro por robar comida del mostrador. Miras hacia otro lado por un segundo y te das la vuelta para ver que está de nuevo. Tu perro hace contacto visual e inmediatamente retrocede, gimiendo y agachando la cabeza.
Ambas situaciones pueden hacerte pensar que tu perro está avergonzado, pero esa no es la única manera de interpretarlas. En la primera situación, tu perro podría estar molesto por lastimarse. También podría haber interpretado la caída como más peligrosa de lo que era y desear descansar y “curarse”. O podría estar escondiéndose porque ahora tiene miedo.
En el segundo escenario, tu perro sabe que hizo algo mal. Te sientes avergonzado cuando te atrapan rompiendo las normas sociales y te avergüenzas de tu comportamiento. Pero es posible que su perro simplemente esté reaccionando a que lo atrapen y esté tratando de evitar el castigo. Y con el tiempo, los perros podrían aprender qué reacciones tienen más probabilidades de hacer reír o empatizar a un humano en lugar de imponer un castigo. Esto puede conducir a una "vergüenza falsa" que no es indicativa de cómo se siente realmente tu perro.
Entonces, ¿cuál es el veredicto?
Con toda la investigación que se ha hecho sobre los perros y las emociones, el jurado todavía está deliberando sobre la vergüenza. Los perros definitivamente tienen comportamientos que hacen para expresar que están molestos cuando algo sale mal. También pueden aprender qué es el buen y el mal comportamiento, y muchos perros tienen reacciones específicas cuando los atrapan haciendo algo malo.
¿Pero eso significa que los perros tienen suficiente conciencia social para sentirse realmente avergonzados? ¿O es una reacción emocional más básica combinada con un poco de comportamiento aprendido? Tendrás que llegar a tu propia conclusión.