En general, los perros reaccionan de manera diferente cuando están cerca de bebés. La mayoría de los perros se vuelven más protectores, juguetones, dóciles o francamente enamorados cuando se les presenta a un pequeño humano. Algunos perros incluso desarrollan un vínculo profundo con el niño y parecen tratarlo con especial cuidado, como si comprendieran su fragilidad. Pero, ¿realmente los perros saben lo que son los bebés?
Esta es una pregunta bastante difícil de responder. De hecho, los expertos coinciden en que losperros parecen entender que existe una diferencia entre humanos adultos y bebés o niños pequeños, al igual que entienden la diferencia entre un animal adulto y un bebé. Su peculiar olor y apariencia inofensiva son probablemente las principales razones por las que los perros se comportan de manera diferente con los bebés.
La mayoría de los perros muestran un gran interés por los bebés
Los perros parecen tener un interés especial en los bebés, aunque la naturaleza exacta de esta relación todavía parece un misterio para la ciencia. De hecho, algunos estudios han analizado cómo los perros perciben a los humanos, pero f alta evidencia sobre cómo los perros perciben a los bebés1 De hecho, la mayoría de las investigaciones muestran que crecer con un compañero canino tiene varios beneficios para la salud de los niños pequeños. Sin embargo, es muy difícil demostrar si los perros entienden lo que son los bebés.
Observar el lenguaje corporal de tu perro cuando está cerca de un bebé
Sin embargo, prestando atención al lenguaje corporal de nuestro mejor amigo de cuatro patas, podemos ver signos del interés del perro por un bebé. Por ejemplo, su perro puede mover la cola en presencia del pequeño humano, cubrir la cara del niño con besos húmedos o levantar las orejas cuando un niño llora.
Otros perros pueden, por el contrario, ser menos tolerantes en presencia de bebés. Pueden gruñir, aplanar las orejas, mostrar los dientes y mostrarse inquietos e impacientes. Depende mucho de su socialización: un perro que ha estado en contacto frecuente con niños pequeños durante su educación tenderá a ser más tolerante.
Pero sea cual sea la razón por la que los perros están interesados en los bebés, es responsabilidad del dueño mantener al niño a salvo, sin suponer nunca que su perro nunca morderá a un pequeño humano.
Por eso es esencial que siempre controle de cerca todas las interacciones.
Cómo aprovechar una buena relación entre perros y bebés
Un niño pequeño no necesariamente entiende que tener un perro significa cuidarlo. Para él, un animal es un objeto de curiosidad y un compañero de juegos. Pero puede adquirir un sentido de responsabilidad cuidando a su nuevo amigo. Evidentemente, los padres tendrán que implicarse dando ejemplo y encomendando a su hijo determinadas tareas, como dar de comer al perro, cepillarle el pelaje, dar pequeños paseos, etc. La presencia del perro también puede calmar al niño y ayudarlo a desarrollar su personalidad.
De hecho, un niño tendrá que:
- Aprende a estar más tranquilo para no transmitir su nerviosismo al animal.
- Ten paciencia con su amigo de cuatro patas.
- Nunca seas violento con su perro.
La amistad entre el niño pequeño y su perro puede tener varias consecuencias positivas. De hecho, el joven cachorro también puede aprender muchas cosas gracias al joven humano. Su instinto protector se desarrollará con el tiempo y aprenderá a reaccionar de manera diferente según la situación. Por ejemplo, será juguetón y cariñoso en presencia del niño pero será menos conciliador frente a un extraño.
La importancia de establecer límites claros
Perros y humanos ocupan lugares distintos en la jerarquía de la casa aunque sean los mejores amigos del mundo. Los padres obviamente serán los líderes en el hogar. Luego viene el niño y finalmente el perro. El animal nunca debe sentirse superior o peor, considerar a su hijo como un juguete. Debe ser dócil y obediente con sus dueños, pero también tiene derecho a su privacidad.
Por lo tanto, se deben establecer reglas estrictas:
- Si el perro vuelve a su espacio personal (su jaula, cama o cojín), es porque quiere estar tranquilo. Por lo tanto, su hijo no debe insistir en seguir jugando con su perro y debe respetar su deseo de estar solo.
- El perro no debe comer directamente del plato del niño, ni intentar robar sus juguetes o comida.
- Una relación sólida se basa en el respeto mutuo. Y es a través de la educación inculcada en todos (niño y perro) que se adquiere este respeto. Esto requiere una paciencia infinita que, sin embargo, será maravillosamente recompensada.
Reflexiones finales
El vínculo especial que parece unir a perros y bebés es fascinante. Aunque ahora los expertos pueden demostrar que tener un perro tiene beneficios para la salud de los niños pequeños, la naturaleza exacta de la relación entre esos pequeños humanos y sus compañeros caninos sigue siendo un misterio. Sin embargo, es esencial estar siempre atento a las interacciones entre un perro y un niño pequeño y enseñar respeto a ambas partes.