Todos hemos estado allí: en un momento, tu gato está disfrutando de un lugar soleado junto a la ventana, y al siguiente, aparentemente de la nada, lo está arañando como un enorme salmón en un plato lo ha hecho. llegó mágicamente a tu jardín.
Este comportamiento puede ser desconcertante y, si ocurre mientras duerme o intenta trabajar, muy frustrante. En esta publicación, exploraremos las razones más probables por las que tu gato está arañando la ventana y cómo detenerlo.
Las 7 razones por las que tu gato araña la ventana
1. Instintos de caza
Aunque la analogía del salmón mágico no es muy probable, hay una multitud de criaturas que podrían estar al otro lado de esa ventana, excitando los instintos de caza de tu gato. Esto podría ser un pájaro, un ratón o incluso un pequeño insecto trepando por la ventana exterior. El mero hecho de que tu gato no pueda acceder a su objetivo para siempre puede volverlo frenético y descargar su frustración en la barrera infractora.
Si tu gato está arañando la ventana porque hay algún tipo de presa afuera, su cola puede estar erguida y temblando, las pupilas dilatadas y puede estar emitiendo sonidos de parloteo.
2. Comportamiento defensivo
Tu gato puede arañar la ventana si se siente amenazado por algo del otro lado, como otro gato. Los gatos son animales muy territoriales, por lo que la aparición repentina de otro gato, perro o posible depredador podría estresarlos y ponerlos directamente en modo de defensa.
3. Deseo de pareja
Si tu gata no esterilizada está en celo, es posible que sienta una fuerte necesidad de deambular y encontrar pareja. Asimismo, un gato macho no castrado puede tener el deseo de deambular con el mismo propósito. Esto puede hacer que rasquen la ventana o la puerta en un intento de salir.
Estar solo en interiores es mucho más seguro para los gatos en general debido al riesgo de accidentes de tráfico, enfermedades felinas y pérdida, pero también es especialmente importante para los gatos no esterilizados o no castrados para evitar embarazos no deseados y, por lo tanto, potencialmente más gatos que acaban sin hogar o en albergues.
4. Aburrimiento
Los gatos aburridos tienden a comportarse de forma destructiva o de formas que llamarán tu atención, como arañar algo o vocalizar en voz alta. Para prevenir este comportamiento, ten sesiones diarias de juego con tu gato para ejercitarlo y estimularlo mentalmente. También puede proporcionar juguetes que estimulen la mente, como un obstáculo o un alimentador de rompecabezas que requiera que el gato descubra cómo llegar a las golosinas que hay dentro.
5. Marcando Territorio
Los gatos marcan su territorio arañando cosas porque tienen glándulas especiales en sus patas. Estas glándulas depositan el olor del gato en los objetos cuando los arañan, marcándolos como propios. Es posible que a tu gato le encante mucho su lugar junto a la ventana y quiera "reclamarlo", especialmente si otros gatos tienden a merodear por el otro lado.
6. Reflexión
A veces, los gatos ven su reflejo pero no se dan cuenta de que es suyo y lo confunden con otro gato después de una parte de su territorio. Esto puede sobreexcitarlos o ponerlos a la defensiva, haciendo que rasquen la ventana como una forma de marcarla o para "defenderse" de la amenaza percibida.
7. Deseo de jugar
¡Quizás tu gato no se siente amenazado por otros gatos en el exterior y simplemente quiere jugar con ellos! Si al gato de tu vecino le gusta aparecer de vez en cuando y tu gato está familiarizado con él, tu gato puede rascar la ventana en un intento de jugar o alcanzar al otro gato.
Otras señales de que a tu gato le gusta el gato en el exterior incluyen una postura corporal relajada, frotarse contra la ventana y ronronear. Tu gato también puede rodar sobre su espalda para exponer su barriga, lo cual es una señal segura de confianza.
Cómo evitar que un gato arañe la ventana
Si el comportamiento de rascarse solo ocurre de vez en cuando, no debería causarte demasiados conflictos. Sin embargo, si te está perturbando el sueño o te molesta de alguna manera, es entonces cuando se convierte en un problema. Aquí hay algunas cosas que puedes probar:
Ejercita a tu gato
El ejercicio físico o la estimulación mental inadecuados pueden estar detrás del comportamiento de rascado, especialmente si ocurre con frecuencia. Incorpore algunas sesiones de juego interactivo en su rutina diaria y asegúrese de que su gato tenga algo que hacer cuando esté activo, como resolver un rompecabezas o jugar con otro juguete divertido.
Esterilizar o castrar
Si tu gato no esterilizado o no castrado está arañando la ventana, esto puede deberse a su deseo de deambular. Considere la posibilidad de esterilizar (para mujeres) o castrar (para hombres), ya que esto puede disminuir los impulsos de itinerancia.
Proporcionar alternativas
Prueba a colocar un árbol para gatos con postes para rascar junto a la ventana para que tu gato pueda redirigir sus impulsos de rascar hacia ahí. Todos los gatos deben tener algo para rascar, ya que este es un comportamiento natural e importante para ellos. Tener una salida adecuada para sus impulsos puede ayudar a disuadirlos de rascarse objetos inapropiados.
Antes, es posible que desees limpiar a fondo la ventana para eliminar el olor del gato, ya que esto les permite comenzar de nuevo con su nueva alternativa. Si intentan ir a la ventana, rediríjalos suavemente al poste de cero. Felicítelos y recompénselos si lo usan.
Evite agarrar las patas de su gato y obligarlo a rascar el poste, ya que esto lo asustará y creará asociaciones negativas con él.
Disuade a tu gato
Un método para disuadir a tu gato de rascarse es colocar papel de aluminio alrededor de los bordes de las ventanas, ya que a menudo odian el sonido y la sensación de este material. Sin embargo, si tu gato está más interesado en el vaso en sí, esto no funcionará. Una alternativa es usar un aerosol repelente de gatos seguro para mascotas en el área (no en tu gato).
Conclusión
Aunque el hábito de rascarse las ventanas puede ser irritante, tu gato no lo hace por despecho. Por lo general, se trata de su instinto de presa, instintos de apareamiento o necesidad de más estimulación física y mental. La buena noticia es que puedes hacer algunos cambios simples para reducir el comportamiento.
Si nada funciona y el rascado no se detiene, lo mejor sería acudir a un conductista profesional.