Taro (Colocasia esculenta), o kalo, como se le conoce en Hawái, es un alimento básico y uno de los cultivos más antiguos del mundo. Estados Unidos es uno de los principales importadores y capturó el 38,9 % del mercado mundial en 2019. Los hawaianos lo disfrutan como poi, papas fritas y otros alimentos. Es altamente nutritivo con un sabor que se asemeja a las papas. Lamentablemente, el taro también es algo que definitivamente debes evitar compartir con tu cachorro.
El hecho es que muchas partes de la planta, particularmente en su forma cruda, son tóxicas. Cocinar es imprescindible para comerlo con seguridad. Si bien las personas pueden consumirlo, no recomendamos dárselo a gatos o perros. Recuerda que nuestras mascotas no son como las personas. Difieren en su capacidad para digerir y metabolizar los componentes químicos de los alimentos y bebidas. Eso explica por qué los humanos pueden comer taro y los perros no.
Toxicidad del Taro
Todas las partes de la planta son tóxicas, incluidas las flores, las hojas y los frutos. La razón principal son los cristales de oxalato de calcio que contiene. Estos cristales existen en varias plantas y forman estructuras parecidas a agujas llamadas rafidios que dañan la boca y la garganta cuando se tragan, causando inflamación, babeo e hinchazón que pueden causar asfixia o comprometer significativamente la respiración. Otro problema con estos cristales es que se combinan con magnesio y calcio en el cuerpo humano o canino, lo que provoca una caída potencialmente mortal de estos minerales vitales. El magnesio y el calcio afectan a todas las células vivas del cuerpo de un mamífero, incluida la función cardíaca y muscular.
La otra preocupación con el taro y otras plantas que contienen estos cristales es la formación de cálculos renales o urolitos. Esto puede provocar insuficiencia renal porque las sales se acumulan en los riñones y pueden formar cálculos renales. La investigación sugiere que los perros machos jóvenes tenían más probabilidades de experimentar esta condición de salud. Los hallazgos también revelaron que los bulldogs inglés y francés juveniles son más susceptibles a la formación de urolitos, pero esto podría explicarse por la popularidad de la raza, lo que los hace sobrerrepresentados en el estudio en comparación con otras razas. La conclusión es que es mejor evitar alimentar a tu perro incluso con taro cocinado.
Los procesos rápidos como pelar y marchitar no son formas efectivas de reducir el oxalato soluble de los tallos de taro crudos. La ebullición durante 60 minutos es la forma más efectiva de reducir los niveles de oxalato soluble en el tejido de taro cocido (en un 84,2 %), mientras que se lograron reducciones promedio del 62,1 % cuando la ebullición se realizó durante solo 10 minutos. Es por eso que los humanos deben comer taro cocido y no crudo.
Consumo de Taro Crudo
Mencionamos la toxicidad de las partes de la planta. A algunas personas les gusta plantar un cultivo atractivo de taro en sus jardines llamado Orejas de Elefante. Otros lo traen al interior como planta de interior. Algunos perros están tan motivados por la comida y son tan curiosos que cualquier cosa es comida potencial para ellos, ya sea que sea seguro para ellos comer o no. El verdadero riesgo de los cristales de oxalato de calcio queda claro si su cachorro ingiere cualquier parte de la planta de taro.
Los signos son repentinos, sin lugar a dudas de que algo anda muy mal con su mascota.
Incluyen lo siguiente:
- Patear en la boca debido al dolor
- Enrojecimiento e irritación de las encías
- Babeando
- Dificultades para tragar
- Vómitos
- Angustia evidente
Como su nombre lo indica, los cristales son afilados y dañarán la boca y la garganta de su cachorro si comen taro. La situación puede empeorar rápidamente si su perro ha logrado tragar algún trozo de taro. En casos muy raros, también puede causar dificultades respiratorias potencialmente mortales. Sin embargo, debe tratar la ingestión accidental como una emergencia médica y buscar atención veterinaria de inmediato.
El tratamiento consiste en librar a su mascota del veneno mientras le brinda atención de apoyo con líquidos intravenosos para prevenir la deshidratación y el daño a los riñones, y analgésicos y antihistamínicos para ayudar con el malestar, la hinchazón y la inflamación causada por los cristales. Es posible que su veterinario le recomiende dejar a su perro durante la noche para controlar su estado en caso de que surja alguna complicación.
Taro como planta cultivada
Taro tiene mucho que ofrecer como planta cultivada. Como resultado, es más probable que lo vea en la tienda de comestibles. El tiempo desde la granja hasta la cosecha es relativamente corto. Tiene una fuerte resistencia a enfermedades y plagas. Es altamente adaptable a cualquier tipo de clima que la Madre Naturaleza pueda arrojarle. Aunque es posible que escuche que se le llama vegetal de raíz, la gente usa el tallo comestible o el cormo como alimento. Esa es la única parte comestible después de la cocción.
Valor nutricional
Taro proporciona una rica fuente de potasio, vitamina A y fibra dietética. Puede prepararlo de la misma manera en que cocinaría otros tubérculos, pero recuerde hervirlo durante un mínimo de 60 minutos para que sea seguro para su ingesta. Lo encontrarás vendido como chips o en té de boba. Muchas personas disfrutan de su sabor único.
Reflexiones finales
El Taro es un ejemplo clásico de un alimento que los humanos pueden comer pero que nunca debes ofrecer a tu mascota. Si bien la cocción destruye la mayoría de los cristales, no vale la pena someter a su cachorro a la miseria de consumir taro poco cocido y tener que acudir al veterinario para recibir tratamiento de emergencia. Además, hay muchas otras golosinas disponibles para darle a tu mascota.