Al igual que nosotros los humanos, es normal que los perros tengan diferentes gustos y disgustos cuando se trata de lo que les gusta comer. Algunos perros no son quisquillosos y engullirán cualquier comida de una sola vez, y otros pueden ser quisquillosos con la comida o prefieren pastar durante el día.
Si su perro de repente deja de comer o tiene un cambio en su patrón de alimentación, esto puede ser una señal de que puede haber un problema. Esto puede ser complicado si tienes más de un perro y comen juntos, por lo que siempre es una buena idea estar atento a cuánto come cada perro.
Hay muchas explicaciones diferentes de por qué los perros pueden dejar de comer. Hay otros signos importantes que puede observar en casa que pueden indicar que hay un problema subyacente y esto ayudará a su veterinario a investigar qué está pasando si es necesario.
- Beber y orinar más
- Vómitos o diarrea
- Signos de náuseas (goteo o chasquido de labios)
- Niveles de energía reducidos (letargo)
- Tos, respiración agitada o jadeo excesivo
- Signos de rigidez o dolor
- Pérdida de peso
Las 5 razones por las que los perros pueden dejar de comer:
1. Razones dietéticas
No es inusual que a algunos perros les gusten ciertos tipos de alimentos y otros no. Por ejemplo, algunos perros prefieren una dieta húmeda y a otros solo les gusta la comida seca. O es posible que a su perro no le guste un sabor o textura particular en su comida. Además, los perros pueden aburrirse de un alimento en particular y desear un cambio. Si su perro de repente no quiere comer su comida normal, ¡recuerde verificar que la comida no haya caducado!
2. Factores ambientales
Todos nuestros perros tienen sus propias peculiaridades y personalidades. Esto afectará dónde se sienten cómodos en la casa y, a su vez, dónde se sienten más felices comiendo. Es posible que algunos perros prefieran comer en áreas más tranquilas de la casa donde no haya interrupciones y que a otros no les guste que los dejen solos para comer.
3. Estrés
Es importante tener en cuenta si ha habido algún cambio en el entorno o en la rutina que pueda haber causado estrés a tu perro. Mudarse de casa, la introducción de una nueva mascota o las visitas tienen el potencial de molestar a una mascota más nerviosa y esto puede ser suficiente para que deje de comer.
4. Medicamentos
Puede notar que un cambio en el apetito de su perro coincidió con la introducción de nuevos medicamentos o con una dosis alterada de un medicamento existente. Ciertos medicamentos pueden hacer que los perros sean menos propensos a comer. Por ejemplo, se sabe que los medicamentos de quimioterapia, los antibióticos y ciertos tipos de analgésicos pueden disuadir a los perros de comer. Si su mascota está tomando medicamentos, entonces es una buena idea discutir esto con su veterinario, quien podrá aconsejarle si esto es relevante o no.
5. Problemas de salud
Muchos problemas de salud pueden afectar el apetito de un perro, desde afecciones menores hasta enfermedades más graves. Esta lista no es exhaustiva, pero a continuación se presentan algunas de las principales razones por las que los perros pueden dejar de comer. Su veterinario podrá aconsejarle si su perro tiene alguno de los siguientes problemas y orientarlo sobre las investigaciones o tratamientos necesarios.
Problemas dentales
La enfermedad de las encías, el sarro y los dientes rotos o flojos tienen el potencial de causar dolor en la boca. Esta es una razón común por la que los perros pueden tener menos ganas de comer. Otros signos que a menudo acompañan al dolor de muelas incluyen mal aliento, babeo, dudar en tomar un bocado de comida, masticar por un lado de la boca o dejar caer la comida.
Dolor y malestar
Además del dolor en la boca, el dolor que afecta otras áreas del cuerpo puede hacer que un perro no quiera comer. Los perros que experimentan dolor a veces estarán más callados o malhumorados de lo normal, menos dispuestos a hacer ejercicio o, a veces, verá que se ven rígidos o cojean. Por ejemplo, los perros mayores son propensos a la artritis y esto podría afectar sus hábitos alimenticios, así como su disposición o capacidad para hacer ejercicio.
Enfermedad estomacal e intestinal
Una variedad de problemas que afectan el estómago y los intestinos pueden provocar una reducción del apetito. A menudo, los perros también tendrán vómitos o diarrea, o incluso una barriga gruñona y flatulencia. Los problemas menores, como malestar estomacal por comer un alimento diferente, pueden ser suficientes para que su perro deje de comer. La pancreatitis, que es la inflamación del páncreas, es común en ciertas razas y puede desencadenarse al comer alimentos grasos. Lamentablemente, también existen problemas más graves, como cuerpos extraños, obstrucciones intestinales o incluso cáncer, que pueden provocar una disminución del apetito.
Enfermedad renal
Cuando los riñones dejan de eliminar adecuadamente los productos de desecho de la sangre, estas sustancias se acumulan. Esto comúnmente causa síntomas como reducción del apetito, beber más y orinar más, vómitos y pérdida de peso.
Enfermedad hepática
Muchos problemas diferentes pueden afectar el hígado. La mayoría de los signos son similares a los causados por la enfermedad renal. Además, los problemas hepáticos pueden provocar una coloración amarilla de los ojos y las encías (ictericia), vómitos, diarrea y, a veces, convulsiones.
Enfermedad del corazón
Además de reducir el apetito de un perro, los problemas cardíacos generalmente hacen que los perros respiren con dificultad o tosan, no quieran hacer ejercicio y tengan niveles de energía más bajos de lo normal.
¿Qué debo hacer si mi perro deja de comer?
Hay algunas cosas que puedes probar en casa para animar a tu perro a comer. Si su perro normalmente tiene comida seca, simplemente agregarle un poco de agua puede ser suficiente para tentarlo a comer. Además, calentar su comida puede hacer que tenga un olor más atractivo. Algunos perros necesitan un poco de cariño extra si se sienten mal y ofrecerles comida a mano puede ser la solución. También puedes intentar cambiar dónde y cómo lo alimentas. Coloca el bol en un área más tranquila, o incluso quédate con él cuando le ofrezcas la comida en caso de que se sienta nervioso o solo.
Puede ser una buena idea ofrecerle a tu perro un alimento diferente para probar. Sin embargo, si su perro tiene una afección de salud preexistente, como alergia alimentaria, diabetes o es propenso a la pancreatitis, por ejemplo, es posible que esto no sea seguro. Si tiene alguna duda sobre si esta es una buena idea para su propio perro, asegúrese de consultar con su veterinario antes de cambiar su comida.
Si le preocupa que su perro tenga menos apetito de lo normal, si deja de comer o si tiene otros signos como vómitos o diarrea, entonces siempre es más seguro llevarlo a un veterinario. Realizarán un examen completo para buscar signos de enfermedad y verificar los niveles de hidratación de su perro. Podrán guiarlo sobre cualquier investigación, como análisis de sangre o ecografías, que puedan ser necesarios y le recetarán los tratamientos necesarios.
Conclusión
Incluso si su perro parece feliz y bien por sí mismo, es importante nunca ignorar una reducción del apetito. Si no se trata, los perros pueden deshidratarse y desnutrirse si dejan de comer. Hay muchas razones posibles por las que los perros pueden no querer comer, que van desde factores simples como que no les guste un tipo particular de comida o tener dolor en la boca, hasta condiciones de salud más preocupantes como problemas hepáticos o renales. Puede ser preocupante cuando los perros dejan de comer, pero su veterinario podrá ayudarlo a determinar cuál es la causa.