Es una primera respuesta clásica ver a un perro e inmediatamente querer que le rasque la cabeza. Los cachorros parecen provocar reacciones en los humanos que hacen que nuestro medidor de ternura se dispare.
Pero la forma en que interactuamos con nuestros compañeros caninos es bastante diferente de cómo interactúan entre sí. A veces, nuestro contacto físico bullicioso y otros gestos pueden confundir a los perros, así que hablemos de acariciar a un perro en la cabeza en particular.
Acariciar a un perro en la cabeza
Es posible que hayas oído que no debes acariciar a un perro en la cabeza. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué? Si tienes un perrito que absorbe todo el afecto físico que puede recibir, podrías pensar que esto es una absoluta mentira. Después de todo, Fido parece disfrutar este tipo de interacción tan bien como cualquier otra.
Pero no todos los perros reaccionarán de la misma manera. Explicaremos por qué podría haber mejores métodos de interacción física con tu mejor amigo peludo.
Una palmada en la cabeza es amenazante, según estudios
A veces, nuestros perros nos muestran afecto trayendo su juguete favorito o lamiendo nuestras caras cada vez que tienen la oportunidad. Entonces, se confunden si refutamos su don o su lenguaje de amor. Del mismo modo, hacemos cosas que pueden parecer un comportamiento amoroso, pero nuestros perros no lo perciben de esa manera.
Estudios encuentran que cuando acaricias a un perro en la cabeza, puede causar miedo injustificado. Según la experta en animales Sarah Barlett, pasar por encima de la cabeza de un perro (especialmente si es un perro extraño) puede resultar intimidante y amenazador.
Cómo acercarse a un perro apropiadamente
Entonces, no deberías acariciar a un perro en la cabeza, ¿ahora qué? En cambio, Sarah recomienda este método.
- Acércate al perro por su costado, agachándote para recibirlos donde están.
- No te muevas, deja que el perro se te acerque si quiere.
- Extiende tu mano, permitiendo que el perro olfatee y se familiarice.
¿Dónde deberías acariciar a un perro?
En lugar de acercarte a un perro e inmediatamente acariciarle la cabeza, trata de enfocarte en el área de la espalda, los hombros y los costados. También ayuda ponerse al nivel del perro cuando se acerca a ti en lugar de estar por encima de él.
Importancia de comprender los comportamientos canino-humanos
Dado que tenemos diferentes formas de comunicarnos, cerrar la brecha entre nosotros puede ser un desafío. Contamos con comprender el lenguaje corporal de nuestros compañeros caninos para asegurarnos de brindarles el amor y la atención adecuados.
Hacer algo que haga que nuestros cachorros se sientan incómodos puede estropear la relación o, en el mejor de los casos, confundirlos. Las interacciones pueden ser mucho más fluidas si te pones al nivel de un perro.
Después de establecer una relación, aprender a leer el lenguaje corporal facilita mucho las cosas.
¿Todos los perros odian las palmaditas en la cabeza?
Al igual que con cualquier otra cosa, cada perro es un individuo. Eso significa que a un perro le pueden molestar las palmaditas en la cabeza, mientras que otro lo exigirá. Leer la habitación puede ayudar mucho. Si es tu perro, sabrás muy bien que lo disfruta o lo prefiere.
Sin embargo, al conocer nuevos caninos o interactuar con otros perros, es mejor mantener las manos fuera de la cabeza directamente. En cambio, permite que el perro te huela, te lama, lo que quiera. Luego apunta hacia el costado o hacia abajo en lugar de ir directamente a la parte superior de la cabeza.
Conclusión
Cuando conoces a un canino por primera vez, quieres que la interacción aumente. Recuerde, todos los perros solo quieren inspeccionar, así que póngase a su nivel y déjelos olfatear. Si parece que quiere afecto físico, recuerda evitar la boca, el hocico y la cabeza, concentrándote más en la parte posterior y los lados del cuerpo.
Después de establecer confianza con un perro, es posible que disfrute de masajes en la cabeza, pero esto puede variar de un perro a otro. Cada vez que se acerque a un nuevo canino, es mejor garantizar la precaución hasta que le muestren cómo prefieren la interacción física.