Algunos perros corren a toda velocidad tras un conejo o un coche en el momento en que los ven y te dejan en una enorme nube de polvo y devastación. Es estresante cuando tu perro no deja de perseguir cosas. Te deja corriendo por la calle como un maníaco y preocupado de que se pierdan o no regresen. Algunos dueños se dan por vencidos en corregir el comportamiento y sujetan a sus perros con correas, jaulas o dentro de sus casas. Después de pasar horas gritando, suplicando y atrayendo a sus perros, no te culpamos por estar harto de su comportamiento.
Es posible que te hayan dicho que perseguir es un problema de obediencia. Esto es cierto en algunos casos. Pero en otros, el problema radica en su genética. Entonces, ¿cómo encuentras una solución al problema? La clave es entender cuál es la motivación del perro.
¿Por qué los perros persiguen?
Los perros tienen diferentes motivaciones cuando van persiguiendo algo o alguien. Estas influencias pueden deberse al miedo, a fines territoriales o sociales. Debido a que cada motivación es tan diferente, debe identificar y abordar cada una individualmente.
La mayoría de las veces, los perros que se niegan a dejar de perseguir son cazadores depredadores. La persecución depredadora generalmente se exhibe hacia un solo objetivo, como automóviles, gatos, conejos, ovejas o patinetas. Buscan activamente oportunidades para correr tras estos objetos y se emocionan demasiado en el momento en que vislumbran o huelen a su presa. Las razas con antecedentes de pastoreo o caza son más propensas a participar en este comportamiento. Por lo general, no están asustados ni ansiosos por lo que tienen delante. Son adictos a la emoción de la persecución y se sienten estimulados por ella.
El arreo de los perros
No tienes que enseñarle a un perro a cavar; sus antepasados lo han estado haciendo durante años y se ha convertido en un comportamiento instintivo para ellos. Estos actos instintivos se denominan patrones motores, y perseguir es algo para lo que el perro está programado. Buscar, atrapar y acechar presas fueron comportamientos aprendidos que ayudaron a los perros a sobrevivir, y el placer que obtienen es un refuerzo interno para ellos. Debido a que les da placer, es difícil entrenarlos con apoyo externo como golosinas o una palmadita en la cabeza.
Algunas razas y perros individuales tienen un impulso heredado más alto que otros. Perseguir algo les emociona y cuanto más lo hacen, más difícil se vuelve romper el hábito. La promesa de una golosina no es tan gratificante como la liberación de dopamina que obtienen de la persecución, y es por eso que la mayoría de los perros terminan encerrados en casa con energía acumulada.
Los perros con un menor impulso para perseguir obedecen de vez en cuando, pero aún anhelan una oportunidad para este comportamiento, y mantenerlos encadenados no funcionará a largo plazo. Comprender por qué su perro persigue cosas y se comporta de esta manera es crucial para controlarlo. No nos están desobedeciendo deliberadamente solo para ser una molestia. Su impulso interno es mucho más poderoso que nuestras demandas, y simplemente están cumpliendo ese deseo. Una vez que lo vemos desde su punto de vista, es posible manipular sus acciones.
Cómo lidiar con un problema de persecución
El aislamiento es solo una solución temporal. Debido a que estamos lidiando con motivaciones internas, también estamos interfiriendo con sus emociones. Negar temporalmente estas oportunidades los deja estresados y ansiosos y, por lo general, empeora el problema. El primer paso para ajustar sus motivaciones internas es eliminar los desencadenantes que provocan ansiedad y reemplazarlos con algo bueno.
Manipular el entorno que te rodea no siempre es fácil. Estos factores estresantes pueden ser ruidos fuertes, interacciones sociales o problemas de separación. Tratar de eliminarlos del entorno y darles más juguetes para masticar, caminatas y aerosoles de feromonas calmantes son primeros pasos razonables. Probablemente parezcan no estar relacionados con la persecución, pero cuanto menos ansiedad sientan, menos tendrán que liberar esas preocupaciones internas. Cuando eliminamos algunos de los desafíos que enfrentan, se reduce la necesidad de disipar sus ansiedades.
Controlando la propia persecución
Una vez que reduzca los factores estresantes en la vida de su perro, comience a ver cómo puede manipular el comportamiento en sí. Ya no tienes control sobre la persecución, así que ajusta tu curso de acción y cambia su objetivo principal. Por supuesto, tampoco siempre puedes controlar un gato o un conejo.
No puedes cambiar la persecución a través de recompensas o castigos. Regañarlos solo aumenta su ansiedad y los desencadena más. En su lugar, intente hacer ajustes en su horario o entorno. Coloque una cerca alrededor de su jardín, cambie la ruta por la que los lleva para caminar o llévelos a un estanque para nadar. Tu trabajo es minimizar su exposición a la presa para que dejen de asociarla con la diversión.
Cambiar el objetivo de tu perro
Tu perro ya tiene una conexión en su cerebro entre la presa y la acción de correr. Es posible tomar esta conexión mental y cambiarla a un nuevo objeto de presa, como una pelota o un palo.
Comience jugando con su perro y su nuevo objetivo en interiores, donde no tienen mucho espacio para correr y no asociarán el exterior con el objetivo en el que prefieren concentrarse. Si es posible, por un juguete que no se parezca mucho a lo que era su objetivo inicial. Si fuera un conejo, no compre un conejo de peluche. Tu objetivo es romper esta conexión en lugar de fortalecerla.
Empieza lanzando el juguete distancias cortas durante períodos prolongados para construir una nueva conexión y debilitar la anterior. Después de un par de semanas, muévalos a una habitación más grande en el interior o a un área pequeña cercada. Luego trabaje en enseñarles a recuperar el juguete y traérselo. Use el refuerzo positivo para alentarlos a que regresen a su lado cuando los llame. Este método de entrenamiento requiere mucha paciencia y dedicación, pero debe minimizar su persecución después de unos meses. Eventualmente, sus nuevos comandos traen más emoción que sus emociones pasadas, y la persecución debería disminuir lentamente.
Conclusión
Incluso si entrenas constantemente a tu perro y rompes las conexiones con su presa, debes entender que perseguir objetos está en el ADN de un perro. Si bien podemos manipular el comportamiento, no siempre es posible eliminarlo por completo. Siempre que note una mejora, siga trabajando duro y trate de mantener una actitud positiva durante el proceso.