Hay, por supuesto, muchos casos de perros y gatos que se recuperan perfectamente. Pueden compartir la misma casa, pasar tiempo juntos y, aparte de algunas sesiones de juego bulliciosas, nunca se pelean. Hay perros que conocen alegremente a nuevos gatos y gatos que se mezclan felizmente con perros que no conocen. Sin embargo, también existen esos gatos y perros que no se llevan bien. A menudo, vienen de la misma casa, lo que puede hacer que la vida hogareña sea incómoda.
Entonces, ¿por qué algunos gatos y perros aparentemente se odian entre sí?Según los expertos, se debe a que las dos especies se comunican de manera diferente, por lo que mientras el movimiento de la cola de un perro significa que está feliz, puede parecer un movimiento amenazador para un gato. Además, los perros y los gatos son depredadores, lo que significa que pueden ver al otro como competencia por la misma presa.
Afortunadamente, incluso si tienes un gato y un perro que no se llevan bien, puede haber pasos que puedas tomar para ayudarlos a vincularse y al menos tolerar la compañía del otro.
Por qué los gatos y los perros no se llevan bien
Hay muchos casos de perros y gatos que se llevan bien entre sí, y es probable que algunos lectores tengan ambas especies en sus propios hogares. Pueden coexistir, a menudo de forma pacífica y, a veces, incluso de forma amistosa. Pero existen razones naturales por las que estas dos populares especies de mascotas no se llevan bien.
Se comunican de manera diferente
La razón principal por la que los gatos y los perros no se llevan bien es que son especies muy diferentes y se comunican de manera diferente. Esto significa que también leen el lenguaje corporal de manera diferente.
A los perros les encanta perseguir y disfrutan mucho corriendo. Cuando dos perros corren juntos, suele ser una señal de amistad. Del mismo modo, un perro amistoso y juguetón podría correr hacia un gato en un intento de jugar. Sin embargo, los gatos no actúan de esta manera, y cuando ven a un perro grande corriendo hacia ellos, es más probable que lo vean como una amenaza más que como una señal de posible amistad. El instinto del gato es huir del peligro potencial, pero esto solo anima aún más al perro, por lo que el problema se intensifica.
El movimiento de la cola es otra forma en la que las dos especies se comunican de manera diferente. Un perro mueve la cola para mostrar alegría y felicidad. Un gato normalmente mueve la cola para mostrar que está bajo amenaza o que necesita defenderse. Si un gato ve a un perro moviendo la cola, puede considerarlo un movimiento potencialmente agresivo.
Competencia
Los gatos y los perros han sido domesticados durante mucho tiempo y han vivido con o cerca de los humanos. Y ambos, ya sea directa o indirectamente, han dependido de los humanos para su alimentación. Esto significa que compiten naturalmente por la comida y lo han hecho durante milenios. Incluso hoy en día, si un gato se alimenta en el suelo o se lleva una golosina al suelo, es probable que el perro de la familia intente robársela, provocando fricciones entre los dos.
Ambos animales domésticos también compiten por la atención humana y ambos pueden ponerse celosos de la atención que recibe el otro. Los gatos pueden ser muy territoriales y ver a un nuevo perro como una mascota tratando de meterse en su territorio.
Cómo ayudar a que un gato y un perro se lleven bien
1. Socializa desde una edad temprana
La socialización de tus perros y gatos es un paso importante en su desarrollo. Básicamente, les presenta nuevas situaciones, personas y otros animales. Se vuelven insensibles a la experiencia, y esto hace que sea menos probable que vean cualquier nuevo encuentro como una amenaza. La socialización es más efectiva cuando comienza a una edad temprana, así que lleva a tu cachorro a clases para cachorros y encuentra formas de socializar a tus gatitos. A la larga, valdrá la pena.
2. Ir a Clases de Entrenamiento
Las clases de adiestramiento son una gran oportunidad para socializar a tu perro y acostumbrarlo a otros perros, aunque rara vez habrá gatos en las clases. También aprende los conceptos básicos del entrenamiento, que incluye una buena memoria y también cómo mantener la calma de su perro en situaciones nuevas. No aprenderá todos los comandos que necesite durante el entrenamiento, pero se le enseñará cómo enseñar nuevos comandos.
3. Tómatelo con calma
Ya sea que esté presentando un nuevo perro al gato en su casa, o esté tratando de socializar a su perro, es importante que tome las cosas con calma. Si vas demasiado rápido, puede ser abrumador para el animal, lo que puede hacer que tus esfuerzos tengan el efecto contrario. Las presentaciones deben ser lentas y graduales, dándole al gato la oportunidad de escapar a un lugar seguro. El entrenamiento y la socialización deben ser lo suficientemente lentos para que el animal pueda familiarizarse con una etapa antes de pasar a la siguiente.
Además de tomarlo con calma, también debe mantener la calma en todo momento. Los animales se dan cuenta de nuestras emociones, por lo que si muestras signos de ansiedad y estrés, tu gato o perro se dará cuenta.
Conclusión
Los gatos y los perros pueden llevarse bien y lo hacen, pero hay casos en los que aparentemente se odian entre sí. Gran parte de esta acritud proviene del hecho de que las dos especies actúan y se comunican de manera muy diferente entre sí. Socializarlos puede ayudar a presentarlos a otras especies y desensibilizarlos a sus acciones, mientras que el entrenamiento ayuda a reforzar esto aún más. En todos los casos, debe esforzarse lentamente y estar siempre tranquilo y paciente.